Uso social y aplicación de la tecnología espacial en salud pública

  • Amanda Gómez participó en Vida Universitaria de la Coordinación de Ingenierías

Tijuana, B. C., a 3 de noviembre de 2021.- El uso social y aplicación de la tecnología espacial enfrenta grandes desafíos por lo que requiere de un modelo interdisciplinario que permita acceder a la ciber medicina, donde la intervención de la ingeniería, en sus diferentes ramas, es fundamental como es el caso de la robótica.

Así lo manifestó la doctora Amanda Oralia Gómez González, especialista en telecomunicaciones y telemedicina, al participar como invitada en el espacio de Vida Universitaria, con la Conferencia Aplicación social de la tecnología espacial, ante estudiantes de Ingeniería Industrial e Ingeniería en Tecnologías de la Información y la Comunicación de la Universidad de Tijuana CUT, de los Campus Altamira y Oriente.

Al inició de su intervención, la doctora Amanda Gómez planteó los antecedentes históricos del impacto que ha tenido en la salud pública la tecnología de comunicación y la electrónica, la incorporación de la tele epidemiología con el uso de satélites de percepción remota para identificar datos que puedan prevenir y predecir enfermedades, así como aminorar los daños en la población, sobre todo en las comunidades rurales. Además, en su presentación mostró diferentes herramientas cuyo funcionamiento se verá reflejado en diferentes ámbitos sociales en un futuro cercano.

Recordó que después del invento del teléfono por Graham Bell, en 1876, la segunda llamada que realizó fue al médico Thomas Watson para realizar una consulta, lo que marcó el inicio de la telemedicina. “Nos damos cuenta de que la comunicación es una necesidad del ser humano, pero lo es todavía mayor con fines médicos”, expresó la investigadora y académica.

Lo anterior es un claro ejemplo de que el desarrollo tecnológico a nivel mundial es altamente notable, en el caso de México su impacto positivo ha ido en aumento en las últimas décadas, toda vez que la tecnología ofrece soluciones a los retos que la vida cotidiana nos presenta. Y, en este sentido, el trabajo desarrollado por la doctora Amando Gómez ha dado importantes resultados en el desarrollo de proyectos de telemedicina.

En 1924, expuso la doctora Gómez, el concepto de telemedicina aparece por primera vez en la portada de la revista Radio News, con una ilustración sobre una consulta médica a distancia cuando en este año aún ni siquiera se había inventado la televisión, pero ya se hacía referencia a la posibilidad de que en algún momento se tuvieran consultas médicas, diagnósticos, intercambiar expedientes clínicos, brindar capacitación y actualización médica continua, sin que la distancia representa un impedimento.

“Esto sigue siendo, hoy por hoy, una cosa novedosa y recientemente veía yo en la televisión que a partir del COVID-19, la gente empezó a entender lo que era la telemedicina”, señaló Gómez González.

En 1955 surge la tele radiología con el médico Albert Jutras, quien puso una distancia entre él y un paciente al que le tomaba una radiografía para evitar exponerse a grandes dosis de radiación y, para comunicarse con el paciente, usaba un interfón.

Para 1973, la NASA lanza el sistema STARPAHC (Space Technology Applied to Rural Papago Advanced Health Care), que incluía un centro de control como hospital de servicio de salud en beneficio de la comunidad indígena en la reserva Papago, atendido por los médicos y un gestor de la red.  Se trataba de una clínica a distancia en el pueblo de Santa Rosa, ubicado a 50 kilómetros, que contaba con un asistente médico, y que estuvo activo hasta 1977 vía microondas, teléfono, radio VHS para datos video pregrabado y voz.

“Esto marcó un cambio de paradigmas porque nos dimos cuenta como humanidad de que se podía dar atención médica a distancia, en ese momento eran 50 kilómetros, hoy ya no hay ese límite de la distancia”, mencionó la doctora Amanda Gómez.

De igual manera, recordó la colaboración a distancia entre la entonces Unión Soviética y los Estados Unidos en el año 1988, después del devastador terremoto en Armenia lo que afectó el servicio hospitalario. Esa conexión entre la agencia soviética y la NASA permitió brindar atención médica entre el Centro México de Yerevan, con cuatro hospitales del Grupo Mayo en territorio estadounidense para apoyar en consultas y diagnósticos.

En el caso de México, expresó la especialista en telecomunicaciones, cuando Guillermo González Camarena inventó la televisión a color, en 1948, la puso al servicio de hospitales. En una transmisión de circuito cerrado del quirófano del Hospital General de México al auditorio en beneficio de la educación.

En la década de los sesenta surgen otros avances importantes con los lanzamientos espaciales por la NASA, al procesarse las primeras señales de un electrocardiograma de Yuri de Gagarin, a los astronautas del vuelo en el Museo de Cosmonáutica de Baikonur, con el fin de dar seguimiento a sus signos vitales, además de tener un registro de su comportamiento biológico durante el viaje espacial. También en los Estados Unidos, con electros más sofisticados, hizo lo propio con los astronautas del Apolo II y, posteriormente, en la misión Mercury Atlas 6 se probaron otros instrumentos con astronautas para medir presión sanguínea.

En opinión de la doctora Amanda Gómez, uno hecho histórico de gran trascendencia se dio en diciembre de 1968, en las instalaciones de la NASA en Houston. Después de varios días de espera, la cápsula espacial del Apolo VIII comenzó a transmitir el electrocardiograma del astronauta William A. Anders, en órbita lunar; el médico tamaulipeco Ramiro Iglesias Leal analizó la información y dio la buena noticia a sus compañeros de la agencia espacial estadounidense, de que todo estaba en orden.

A finales de la década de los setenta, en México, surge el programa IMSS – COPLAMAR de apoyo médico a consultorios rurales por radioenlaces o banda civil; en 1986 se lanza el programa SEMENSATEL del Hospital Infantil Federico Gómez, lo interesante fue el uso de un canal satelital con el Morelos I para cuestiones académicas; en 1991 surge el estudio sobre aplicaciones del satélite Solidaridad en la atención médica en hospitales, clínicas, unidades móviles y rurales.

Para 1994, el ISSSTE enfrentaba un grave problema con un incremento del 300 por ciento del gasto por traslados de pacientes, por la falta de especialistas y subespecialistas, así como el bajo poder resolutivo de las unidades; se evaluó la posibilidad de utilizar telemedicina como una de las acciones para bajar los gastos de traslado. La participación de la doctora Amanda Gómez fue clave en el desarrollo del programa nacional de Telesalud en ISSSTE, el cual tenía por objeto acercar a las personas ubicadas en zonas lejanas geográficamente la oportunidad de contar con un servicio médico.

Así, la doctora Gómez González ha participado en diferentes proyectos pioneros dentro del ámbito de la telemedicina, lo que ha facilitado acercar los servicios de salud en zonas de difícil acceso. “Actualmente nos encontramos en un medio de integración en el cual para poder hacer frente a este desafío se requiere de una filosofía interdisciplinaria, por medio de la cual permite llegar a lo que se conoce como ciber medicina, donde interviene la ingeniería en sus diferentes ramas además de la robótica”, subrayó.

En la mayoría de los proyectos en los que ha tenido participación la doctora Amanda Gómez, ha contado con un grupo transdisciplinario de especialistas en diversas áreas, cuya colaboración y experiencia ha sido fundamental desde la telemedicina hasta la geografía de la salud. “Se ha requerido de personas que trabajen en áreas sociales, médicas, jurídicas, normativas, bioética, política, científica, tecnológica y económica”, apuntó la investigadora al precisar que trabajar con programa relacionados con la salud humana deben se debe contemplar un modelo bioético y un grupo político que lo responde “para que no termine en una tesis doctoral”.

En la aplicación de la telemedicina, explicó, se cuenta con la visión satelital lo que permite observar de mejor manera cómo se esparcen los vectores, es decir, los virus y bacterias, utilizando una malla de satélites que facilita detectar la propagación de estos. Hizo hincapié en que desde el espacio se puede detectar problemas como extensión de la vegetación, uso irregular de fertilizantes peligrosos, calidad de aire y agua, humedad de suelo, enfermedades transmitidas por vector, entre muchas otras más, así como hacer comparaciones con 30 años de referencia de acuerdo con la base de datos que los mismos satélites almacenan.

Antes de finalizar su participación, la doctora Amanda Gómez subrayó que en México no hay una ley que respalde la telemedicina, aunque la semana pasada se publicó en el Diario Oficial de la Federación que van a normar lo que se denomina salud digital empezando por las recetas médicas y, posteriormente, los diagnósticos, lo que dará mayor certeza.

Cabe resaltar que la doctora Amanda Gómez recibió el nombramiento como Hispana del Año, en 2016, otorgado por la NASA, en reconocimiento a su trabajo con la salud pública, su formación en instituciones educativas del servicio público y por mantener su atención profesional en beneficio de las comunidades indígenas en todos sus proyectos. Al concluir su intervención en el espacio de Vida Universitaria de la Coordinación de Ingenierías, se le otorgó una constancia por compartir su experiencia profesional con los estudiantes de la Universidad de Tijuana CUT.

Redacción de Héctor Hugo Villalobos Villanueva.