Urge una política de bienestar en Tijuana: Jesús Ruiz Barraza
- Hay un manejo negativo de urbanización desde hace tres administraciones municipales
Tijuana, B. C., a 31 de octubre de 2020.- En Tijuana hay un manejo negativo de urbanización desde hace por lo menos tres administraciones municipales, por lo que urge una política de bienestar que le permita a la población acceder a los bienes de la civilización, enfatizó el maestro Jesús Ruiz Barraza, Rector de la Universidad de Tijuana CUT.
Lo anterior fue dado a conocer durante el Seminario Virtual Política de Bienestar, Gobernanza Urbana e Inclusión, que tuvo lugar en espacio de Vida Universitaria con estudiantes de las Licenciaturas en Derecho y en Ciencias Forenses, donde participaron como expositores la doctora Zulia Orozco, consultora de gobernanza y planificación urbana, lo mismo que los doctores Félix Acosta y José María Ramos, ambos investigadores de El Colegio de la Frontera Norte.
El Rector de CUT Universidad explicó que requiere de una verdadera política de urbanización que permita a los tijuanenses acceder a los bienes de la civilización como son la sanidad, drenaje, agua potable y electrificación, entre otros más.
“La mejor política de gobernanza es darles a las personas la posibilidad de tener una vida que le permita a su familia vivir cómodamente e ir aumentado la superficie habitable conforme los hijos van creciendo”, expuso el también especialista en Ciencias Políticas.
Resaltó que la política del Presidente Andrés Manuel López Obrador plantea el rescate de las colonias populares en México, aunque va lento el programa también va avanzando mientras en Tijuana se mantiene una política negativa desde hace tres trienios, ya que desde hace 18 años se le ha bloqueado un desarrollo en Playas de Tijuana “por el capricho de un fraccionador” que, violando todas las leyes, se niegan a permitirle construir 150 metros de calle que conectaría al fraccionamiento con la vialidad principal en las inmediaciones de dicho desarrollo.
“En su último día de gobierno, el alcalde Arturo González, que acaba de pedir licencia para buscar la gubernatura de Baja California, emitió un acuerdo negándome definitivamente a usar una calle que es propiedad del Ayuntamiento”, dijo el maestro Jesús Ruiz Barraza.
Félix Acosta
Por su parte, el doctor Félix Acosta Díaz, investigador Titular “A” de El Colef, adscrito al Departamento de Estudios de Población, comentó que con la crisis económica nacional de 1994 surge el programa Progresa como un recurso de la política social para amortiguar los efectos negativos que esta crisis provocó, sobre todo en el grupo de población más vulnerable de la sociedad mexicana y este tipo de acción se mantuvo hasta 2018 cuando inicia la administración federal del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Tijuana es una ciudad joven, con grandes desafíos sobre todo en servicios, con un mercado laboral muy fuerte que le da una fortaleza que no tienen otras ciudades que se extienden sobre la frontera norte del país, lo que hace de Baja California un estado atractivo para la migración interna procedente de varias entidades de la república mexicana.
“Para entender la cuestión de la gobernanza está tiene mucho que ver con la participación y la mejora de la eficacia”, subrayó el doctor Félix Acosta tras precisar que es necesario impulsar un nuevo paradigma de política social que haga énfasis en lograr la participación, sobre todo cambiar el enfoque para reconocer a la población vulnerable que requiere una atención más precisa por parte de los tres niveles de gobierno.
También es necesario impulsar mejoras en la generación de fuentes de empleo para impulsar una mejora en los ingresos “porque una política social que no va acompañada de una mejora de ingresos está condenada a tener resultados bastante limitados”, señaló el Doctor en Ciencias Sociales con Especialidad en Estudios de Población por el Colegio de México.
“Eso es lo que pasa en México desde 1994 y se extiende hasta 2018, cuando se echa a andar un paradigma con enfoque asistencial y que no reconoce de manera suficiente los derechos sociales de la población como educación, salud, alimentación, trabajo, vivienda, servicios y seguridad social”, resaltó el especialista en políticas de bienestar, pobreza y gobernanza multinivel.
Comentó que también han surgido cambios importantes “que nos dan esperanzas” de que las cosas mejoren en el mediano plazo, pues el actual gobierno que encabeza el Andrés Manuel López Obrador se ha propuesto buscar el bienestar de los grupos más vulnerables de la población que habían sido marginadas históricamente en las acciones de gobierno y por la sociedad en general.
“La epidemia (por COVID-19) nos puso casi a todos en una situación en la que las prioridades obviamente cambiaron pero el gobierno no ha dejado de impulsar este nuevo paradigma en el que además se eleva a rango constitucional los programas de gobierno dedicados a atender, ya no problemas públicos que era el enfoque de la política neoliberal, sino que atiende de manera urgente a la población vulnerable como personas con discapacidad, adultos mayores, niños y jóvenes desde primaria hasta universidad. Son poblaciones que habían sido tradicionalmente invisibilizadas por el gobierno y la sociedad”, finalizó así la participación el doctor Félix Acosta.
Zulia Orozco
Tocó el turno de la doctora Zulia Yanzadig Orozco Reynoso, investigadora posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), presentó el tema COVID-19 y los desafíos en la planificación urbana de Tijuana.
Al inicio de su exposición, planteó que en Tijuana se han hecho esfuerzos importantes en muy poco tiempo tomando en cuenta que esta ciudad tiene apenas 131 años desde su fundación, por lo que cuestiono si se tiene definido una modelo de planeación urbana o qué modelo de planeación urbana se desarrolla actualmente en esta ciudad fronteriza.
Destacó que de acuerdo con información según la ONU Hábitad, en infraestructura y desarrollo Tijuana hasta hace dos años, previo a la pandemia, tenía 57 puntos de 100. En gobernanza y legislación urbana, tema fundamental en cualquier ciudad moderna y democrática, acumulo 59 puntos, mientras que en calidad de vida 58 y en sostenibilidad ambiental apenas alcanzó 34 puntos. Sin embargo, en equidad e inclusión obtuvo 62 puntos sobre 100, lo que resulta un tanto incongruente.
“Aquí el tema de fondo es el derecho que tenemos como ciudadanos a la ciudad, a hacer ciudad, a tener esos espacios de convivencia y de poder apropiarnos para nuestro usufructo”, señaló la consultora de gobernanza al precisar que Tijuana tiene varias crisis recurrentes, una de ellas es la inseguridad.
“Tijuana básicamente tiene 25 años con índices muy altos de violencia y 30 años que no podemos bajar los números como estaban hasta la década de los ochentas cuando todavía había paz en la ciudad”, sostuvo la doctora Zulia Orozco.
Otras crisis permanentes en Tijuana es la población en situación de calle, el consumo de drogas, los alcances de energía eléctrica y de agua potable, la regularización de autos automotores, un déficit de infraestructura escolar, la recolección y disposición de basura, así como un sistema de transporte inexistente.
Respecto al desarrollo urbano apuntó Orozco Reynoso, hay un proceso sostenido de gentrificación del oeste al este de Tijuana. Es decir, el crecimiento de la ciudad debe continuar hacia el sureste. Hay un grave problema de contaminación no sólo de tierra y agua sino también de aire, a esto se suma la escasez de áreas verdes y parques públicos, entre otras áreas de distracción; además del tráfico vial y los elevados costos de vida que no coinciden con las personas que residen en Tijuana “que trabajan en la maquila o con otro tipo de trabajo que les genera un salario mínimo pero el costo de la renta de una casa modesta, en una colonia modesta, está por arriba de los 450 dólares, previo a la pandemia”.
A partir de marzo 2020, con la llegada de la pandemia por COVID-19 surge -además de las muertes que esta contingencia sanitaria ha ocasionado- una desestructuración institucional, un ejemplo de ello son los fideicomisos “y esto relativamente va empezando” por lo que habrá mucho que aprender en este proceso.
Resaltó que esta desestructuración de las instituciones puede resultar un peligro para la democracia y para cualquier sistema social, por lo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) invita a construir un nuevo futuro, a ir en busca de la igualdad y la sostenibilidad, con esa capacidad de resiliencia que caracteriza a la humanidad se podrá tomar el impulso que hará posible este nuevo futuro.
“En todos los países se está sufriendo una situación similar, una crisis económica-sanitaria-política y de salud, no nada más por la pandemia sino también de salud mental, por lo que la Cepal ya está invocando a un plan”, dijo la Doctora en Urbanismo por la UNAM.
Antes de finalizar su intervención, Zulia Orozco subrayó que los retos de una ciudad post-COVID que aplican para el caso de Tijuana, pero también para el resto de México, debe incluir semáforos inteligentes, mayor inversión en equipamiento, contar con tecnología para el monitoreo de la contaminación por aire, el embellecimiento y limpieza de la ciudad, suficientes áreas verdes, bases de datos actualizadas públicas en temas urbanos, así como incentivar el consumo de productos locales.
“Tras la pandemia que vivimos de distintas formas, el tema de las áreas verdes y de las viviendas con espacios de descompresión es importantísimo para la salud mental de las familias”, concluyó la especialista en población urbana.
Al finalizar los expositores con sus intervenciones, tomó la palabra el doctor José María Ramos González, profesor-investigador de El Colegio de la Frontera Norte, quien realizó un sustancioso resumen de las opiniones expresadas por los invitados especiales, mientras que la clausura del Seminario Virtual, estuvo a cabo del maestro Jesús Ruiz Barraza quien agradeció las aportaciones de los expositores porque con ello contribuyen en el análisis crítico y reflexivo de la comunidad estudiantil de la Universidad de Tijuana.