- Si lo utilizan para vender porque no utilizarlo para salvar a los jóvenes, concluyeron
Tijuana, B. C., a 2 de junio de 2016.- Para los músicos urbanos Badts, Arleking, Noel y Lirika el rap inteligente no es “cantar choladas”, ni debe relacionarse con violencia o drogas, es un llamado a la conciencia social que se vale de frases con rima para transmitir vivencias que generen un cambio responsable en los jóvenes tijuanenses.
El coordinador de las carreras Económico-Administrativas de la Universidad de Tijuana CUT, Campus Altamira, Lic. Ángel Jácome Osorio, mencionó que en esta ocasión el espacio de Vida Universitaria rompió con el protocolo académico tradicional, al presentar a un grupo de raperos tijuanenses para darles oportunidad a los jóvenes de convivir con personas de su misma edad.
“También son profesionistas, algunos de ellos estudian en esta misma institución, y platicando con ellos se me hizo interesante permitirles expresar sus ideas para que sus compañeros conozcan de este género cultural y el gusto que representa para quienes interpretan esta disciplina”, comentó el también catedrático en la citada casa de estudios.
Ricardo Rodríguez estudia la carrera de Administración en la Universidad de Tijuana, es conocido como Badts, habló sobre los cuatro elementos del hip-hop y el rap como son el graffiti, B-Boy, DJ y el breakdance.
Recordó que este movimiento surge en la década de los 80’s en el Bronx de Nueva York, con las famosas pintas en aerosol como una forma de expresión artística para generar prestigio en el barrio. Así, el hip-hop representa un estatus, un nombre y ganarse un respeto.
José Carrillo es alumno de la Licenciatura en Comunicación y Publicidad también en el CUT Universidad, comentó que el rap no es una moda como muchos piensan, se trata de una expresión artística que –a partir del 2012- grupos europeos y españoles lo utilizan para despertar conciencia en las nuevas generaciones.
“El rap es una realidad en todas las calles de Tijuana, lo que casi nadie sabe es que hay un rap con propuesta”, señaló José Carrillo también conocido como Arleking. Explicó que este género urbano no debe ser considerado exclusivo para malandros y cholos, es una forma de expresión a base de rimas que puede ser escuchada por el público en general.
Subrayó que no todos los músicos urbanos que se dedican al hip-hop o al rap son vagos, muchos son profesionistas con carreras universitarias, un ejemplo es Don Aereo un rapero tijuanense que termino la carrera de Diseño Gráfico y tiene ya presentaciones en diferentes escenarios nacionales.
Toco el turno a Noel Navarro, un joven de 23 años, egresado de la Licenciatura en Criminología del Unifront, que además es presidente de la Asociación de Criminología en la Frontera Norte; él cuestionó “si es tan malo el rap, por qué lo usan contra la violencia para llegar a los jóvenes con estrategias de mercadotecnia y en campañas electorales”.
En su mensaje, Navarro relató que el rap desde el ámbito comercial es visto como un negocio por importantes marcas de ropa, zapatos deportivos, bebidas energéticas y de refrescos, así como por compañías de televisión a nivel nacional e internacional.
Señaló que en Corea es considerada como una profesión que el gobierno apoya y organizan concursos internacionales donde han surgido figuras importantes que representan a diferentes países como a la misma Corea, México, Japón, Venezuela, Italia, Estados Unidos y Brasil.
Esto ha permitido que ahora la música urbana sea utilizada para unir a los seres humanos no sólo de diferentes nacionalidades sino incluso de otras culturas y religiones, “es un instrumento de superación a través del arte”, sostuvo Noel Navarro.
En Colombia, por ejemplo, se crearon escuelas comunitarias donde a través del rap se enseña literatura, poesía, estructura, sintaxis, ortografía, figuras retoricas; al practicar breakdance se instruye sobre historia de la danza, gimnasia, atletismo y free running. Con el graffiti, se les habla de historia del arte, técnica de pintura, clases de prevención en el consumo de drogas, desunión de pandillas y educación sexual.
Aquí en Tijuana, aunque ha sido difícil conseguir el apoyo gubernamental, han logrado iniciar un programa de prevención del delito a través de talleres artísticos de la cultura hip-hop en diferentes colonias, no obstante, hasta ahora los alcances han sido limitados por los escasos recursos.
“Si utilizan el rap para vender porque no utilizarlo también para salvar a los jóvenes” coincidieron en señalar los tres exponentes de este género urbano, mientras Luis Antonio Sánchez, conocido como Lirika, hizo una par de demostraciones de rap estilo libre.