Ingesta calórica y falta de ejercicio causan obesidad y enfermedades metabólicas

  • Gabriela Moya participa en Jornada de Nutrición del CUT Universidad

Tijuana, B. C., a 22 de octubre de 2022.- En la actualidad se registra un notable incremento de la prevalencia de enfermedades metabólicas a nivel mundial y la obesidad ocupa el primer lugar en la lista con un aumento vertiginoso en las últimas décadas.

Así lo consideró la licenciada en Nutrición Gabriela Alejandra Moya Santillán al impartir la conferencia «Impacto de la Microbiota en la Obesidad», al participar en la tercera edición de la Jornada de Nutrición «Manejo Integral de la Obesidad”, al que asistieron estudiantes de la Licenciatura en Nutrición y Dietética de los Campus Altamira y Oriente de la Universidad de Tijuana CUT.

Factores ambientales como el incremento de la ingesta calórica y el descenso de la actividad física han sido considerados las causas de este aumento de prevalencia de obesidad y enfermedades metabólicas.

La especialista explicó que la microbiota es la unidad de microorganismos vivos crecientes en el tubo digestivo, se encuentran en la piel, en el sistema gastrointestinal, en la boca, en el cabello. “Tenemos varias microbiotas, pero la más grande que tenemos en nuestro cuerpo, la más abundante, es la que está en nuestro sistema gastro intestinal”.

Por tratarse de una microbiota única en cada individuo, su estudio es complejo y por ello es confuso determinar un tratamiento específico a base de probióticos. “Los estudios han sido un poco lentos sobre el tratamiento de algunas enfermedades, estás son preventivas o co-ayudantes en algún procedimiento”, señaló Gabriela Moya al precisar que no se trata de cultivos ni fármacos, pero se utilizan los probióticos para tener un impacto en la microbiota.

Expuso que el primer contacto con la microbiota intestinal se da en el parto y su impacto tiende a ser notablemente diferente si se trata de un parto natural o una cesárea. En el primer caso la microbiota suele ser más diversa y se ve fortalecida a partir del tercer mes, cuando ciertas bacterias benefician la maduración intestinal gracias a la lactancia. “Aunque ya hay fórmulas que están incluyendo probióticos, nunca se igualará a la leche materna”. Mientras que, en el segundo caso, por cesárea se intercambia por el roce de la piel.

También destacó que la modulación de la microbiota se da a partir de los tres años de vida, cuando se refuerza su diversidad y, a los cuatro años, se establece la microbiota que acompañará al individuo por el resto de su vida. Por ello, es fundamental atender la alimentación en los niños para poder cuidar esta diversidad porque entre mayor variedad de su microbiota se tendrá una mejor composición.

Los antibióticos tienen un impacto en la microbiota intestinal, mencionó Moya Santillán luego de apuntar que en los adultos, cuando se introduce un antibiótico como tratamiento, el restablecimiento de la microbiota tardará hasta siete días en recuperarse, pero hay bacterias que jamás van a volver a reponerse. En el caso de los niños, su recuperación tarda hasta tres meses en reponerse su microbiota después del uso de antibióticos.

En las últimas dos décadas se han realizado estudios de la microbiota y cada año se realizan nuevos descubrimientos sobre el impacto de la misma en la salud y en el metabolismo. Antes se le llamaba flora intestinal.

La microbiota es una comunidad de microorganismos que incluyen bacterias, hongos y virus, tan sólo en el intestino se tienen más de cien billones de bacterias con un alto impacto genético, toda vez que existen cien veces más genes en la microbiota que los coexisten en todo el cuerpo.

El tipo de microbiota va a estar determinado por varios factores externos como la contaminación, el tipo de alimentación, el uso de probióticos, entre otros aspectos. Y aunque no detona enfermedades, forma parte de un conjunto de componentes que darán como resultado un padecimiento. “Nuestro intestino es como nuestro segundo cerebro, hay una interconexión entre ambos para comunicarse”.

Destacó que la alimentación saludable y balanceada tiene un gran impacto beneficioso para mantener el cuidado de la microbiota. Todo cambio alimenticio se verá reflejado a partir del séptimo día, es el lapso de adaptación y crecimiento de las bacterias ideales para regular lo que se consume. Los probióticos ayudan a que haya un incremento de bacterias buenas.

“El consumo de frutas y verduras ayudará a cuidar de nuestra microbiota. Los hábitos que impactan en la microbiota son dormir bien y hacer ejercicio, ayudará a tener un manejo integral”, concluyó Gabriela Alejandra Moya Santillán, a quien se le hizo entrega de un reconocimiento por compartir su experiencia con los estudiantes de Nutrición y Dietética de la Universidad de Tijuana.

Redacción de Vanessa Berenice Reséndiz Aguiñiga, estudiante de 10mo cuatrimestre de Comunicación y Publicidad, turno empresarial.