Berrinches: etapa de crecimiento y control de emociones

  • Milena Chang imparte taller sobre manejo de conductas antisociales

Tijuana, B. C., a 17 de noviembre de 2017.- El berrinche en menores de cinco años debe ser entendido como una manifestación emocional y una etapa de crecimiento, explicó la experta en psicoterapia de niños Milena Chang Chan, directora y fundadora de la Maestría y de la Especialidad en Psicoterapia de Niños en la Universidad de Tijuana CUT.

Lo anterior quedo de manifiesto durante el Taller El manejo de las conductas antisociales a través de la terapia de juego que impartió la Doctora Milena Chang, ante un grupo de 60 especialistas en psicología de diferentes instituciones educativas, centros de atención y asociaciones dedicadas al cuidado y protección de la niñez que se dieron cita en el Salón de Usos Múltiples del Campus Altamira de la citada casa de estudios.

Milena Chang explicó que a los niños pequeños les resulta difícil controlar las emociones fuertes, siendo la edad de 1 a 5 años la etapa en la que suelen presentar con mayor frecuencia este tipo de expresión. Y, ante una rabieta, los padres suelen sentirse enojados, impotentes o apenados. Después de los cinco años, el infante deja de hacer los famosos berrinches.

Los niños pequeños, dijo, se encuentran en una etapa de aprendizaje y su lo que sucede en su entorno influye en su conducta. Desean ser independientes, llegando incluso a tratar de hacer más de lo que sus destrezas les permiten, empiezan a tomar sus propias decisiones y, en ocasiones, les resulta difícil no obtener lo que quieren, situación que empeora cuando están cansados, hambrientos, asustados, emociones que les resulta difícil de controlar y propicia episodios de una conducta antisocial.

En estos casos, mencionó Milena Chang, lo mejor es “prolongar la etapa del berrinche”, es decir, dejar que el pequeño exprese su malestar ya que a través de esta actitud de rabieta el niño o niña adquiere seguridad, ya que a través de ese malestar se define a qué tenemos derecho y a qué no.

“Antes de frenar un berrinche, piensa para qué le sirve al niño”, resaltó la expositora tras precisar que hasta los cinco años de edad los niños se encuentran en la fase colaborativa de aprendizaje y si no se les permite esta forma de expresión se corre el riesgo de “formar una población de frustrados”.

Durante el desarrollo del Taller, se formaron equipos de trabajo entre los asistentes para analizar las diferentes conductas en los niños en tres etapas relacionadas con el origen, evolución y culminación de la conducta antisocial.

También comentó que los berrinches son una manera de que los niños dejen salir la presión cuando se enojan, condición a la que suelen asociarse innumerables razones. Como padres o educadores de maternal y preescolar, uno puede anticipar cuándo está a punto de ocurrir una rabieta, por lo que no se debe dejar sorprender ya que está será la única manera de poner reglas y límites.

Por último, la doctora Milena Chang resaltó que los berrinches son una etapa normal del crecimiento, como padres no es fácil lidiar con este tipo de conducta antisocial y lo más conveniente es manejar la situación con amor y comprensión para ayudar al niño a superar esta parte de su desarrollo.