Beneficios de los probióticos en diabetes mellitus
• Gabriela Moya asistió a Vida Universitaria con estudiantes de Nutrición y Dietética
Tijuana, B. C., 8 de junio de 2022.- Durante el espacio de Vida Universitaria con estudiantes de la Licenciatura en Nutrición y Dietética, estuvo como invitada Gabriela Alejandra Moya Santillán, licenciada en Nutrición y Ciencias de los Alimentos, quien abundó sobre el tema «Beneficios de los probióticos en diabetes mellitus».
En su intervención, Gabriela Moya explicó que la microbiota intestinal va más allá de la salud intestinal, al ser asociada con enfermedades crónico-degenerativas como es el caso de la diabetes mellitus. Sin embargo, la composición de la microbiota puede influir en varios factores claves de la enfermedad como la modulación de la inflamación, permeabilidad intestinal, metabolismo de la glucosa y los efectos de los medicamentos.
En el caso de México, la prevalencia de la situación de diabetes registra un aumento considerable sostuvo la especialista en nutrición al resaltar que esta enfermedad se presenta en mayor medida en mujeres mayores de 50 años con problemas de obesidad; pero, desafortunadamente, ya se tienen registros de pacientes diabéticos con 30 años.
Esta situación también ha provocado gran interés por parte de los especialistas en nutrición y del sector médico para coadyuvar en el control glucémico, por lo que se ha determinado que la microbiota intestinal es altamente beneficiosa en pacientes de diabetes tipo 2.
“La microbiota es lo que se conoce como el conjunto de microorganismos que habitan en un nicho determinado, la mayor cantidad se localiza en el intestino con más de 10 billones de microorganismos con un peso de 1.5 kilos”, señaló Gabriela Moya.
Al retomar las palabras de Hipócrates en el sentido de que “todas las enfermedades comienzan en los intestinos”, la licenciada Gabriela Moya apuntó que se ha identificado cuatro factores principales de interacción de la microbiota en diabetes tipo dos: producción de los ácidos de cadena corta, el metabolismo de los ácidos biliares, la secreción de las incretinas y la regulación del tejido adiposo.
Las incretinas son hormonas producidas en el tracto gastrointestinal en respuesta a la ingesta de alimentos y con efecto sobre las células de los islotes de Lengerhans, que aumentan la secreción y liberación de la insulina y disminuyen la secreción de glucagón dependiendo de la glucosa circulante. Las principales incretinas son la GLP1 y el GIP.
“La importancia del GLP1 es que nos brinda salud intestinal, pero en los casos de diabetes se utiliza un medicamento para secretar este tipo de incretina”, señaló Gabriela Moya.
El efecto incretina consiste en la mayor liberación de insulina por el páncreas cuando el estímulo de glucosa es gastrointestinal, en comparación a cuando es estimulado de manera endovenosa. Este efecto está alterado en pacientes con diabetes tipo 2 y al generar el estímulo también se ayuda a mejorar la glucemia y, por lo tanto, la hemoglobina glucosilada, con un perfil de seguridad adecuado, baja posibilidades de hipoglucemia y sin incrementó o disminución de peso en los pacientes.
La microbiota intestinal desempeña un papel importante en los efectos positivos de la fibra en la salud, lo que se logra gracias a los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que son moléculas producidas por las bacterias cuando fermentan los componentes de los alimentos en el interior del colon. Algunas de estas moléculas permanecen en el intestino, mientras otras viajan por todo el organismo e intervienen en interacciones complejas que producen diferentes efectos en la salud.
Actualmente, los probióticos a través de la dieta son una herramienta efectiva y muy útil para modular la aparición de obesidad y resistencia a la insulina. Ácidos grasos de cadena corta como el acetato, el propionato y el butirato juegan un papel importante en la regulación del metabolismo.
“La alimentación es un factor que va a modificar la composición de nuestra microbiota intestinal”, aseguró la especialista en nutrición al precisar que los alimentos chatarra altos en grasa lo que producen es una disminución de las bacterias benéficas afectando la disminución de los ácidos grasos de cadena corta.
Por el contrario, una dieta estilo mediterránea o alta en fibra va a mejorar el equilibrio de la microbiota intestinal, mayor diversidad de bacterias intestinales y mejora la estabilidad. Es decir, con dos semanas que una persona modifique su alimentación, en el consumo de fibra, se verá modificada la composición de su microbiota”, afirmó.
En cuanto a los ácidos biliares comentó Gabriela Moya que a menudo provocan inflamación del tejido graso en personas con obesidad, lo que reduce la sensibilidad a la insulina, dando como resultado la diabetes tipo 2.
La diabetes se desarrolla cuando el cuerpo tiene problemas con la insulina, una hormona que regula los niveles de azúcar en la sangre, ya sea porque el páncreas no puede producir suficiente insulina o porque el cuerpo es incapaz de utilizar la insulina de manera efectiva.
“Es muy importante la actividad de las bacterias enzimáticas para disminuir la glucosa, pero es necesario que haya un buen equilibrio en la microbiota”, sostuvo la especialista.
La licenciada Gabriela Moya resaltó la importancia como futuros nutriólogos no sólo en fomentar y educar a los pacientes que padecen diabetes a una mejor elección de alimentos, ya que en la práctica clínica esta enfermedad es muy común, por lo que no se deben limitar en sólo conocer el funcionamiento de los medicamentos del mercado, sino deben también conocer cómo funciona el cuerpo por dentro para elaborar planes alimenticios más efectivos que ayuden a mejor calidad de vida y la salud intestinal.
Al finalizar la participación de Gabriela Alejandra Moya Santillán, la licenciada Mónica Elisa Olmos Blanca, docente de tiempo completo en la Coordinación Académica de la Licenciatura en Nutrición y Dietética, hizo entrega de un reconocimiento a la invitada por compartir su experiencia profesional y contribuir en la formación integral de los futuros profesionistas.