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Repensar la salud desde lo comunitario: Dra. Laura Palomino Garibay

  • Una mirada crítica a la psicología de la salud en América Latina

Tijuana, B. C., a 12 julio de 2025.- Como parte de las actividades en el tercer día del Congreso Regional en Psicología 2025, se presentó la conferencia «Orígenes y consolidación de la psicología de la salud», a cargo de la académica Laura Palomino Garibay. Con una trayectoria profesional de más de cuatro décadas, Palomino Garibay compartió una reflexión profunda y crítica sobre el desarrollo histórico, teórico y epistemológico de este campo interdisciplinario.

La ponente expuso su perspectiva como testigo directo del surgimiento de diversas corrientes dentro de la psicología de la salud, subrayando que no existe una sola psicología de la salud, sino múltiples enfoques, cada uno con coherencia conceptual y líneas propias de investigación. Esta pluralidad ha enriquecido el desarrollo de saberes que trascienden los límites tradicionales de la medicina.

En su análisis, la doctora Laura Palomino recuperó planteamientos de autores estructuralistas y postestructuralistas, destacando el dominio conceptual de la medicina sobre el campo de la salud, no solo como saber técnico sino como relación de poder. Cuestionó la centralidad de la mirada médica y propuso abrir el horizonte hacia otros modelos explicativos que reconocen dinámicas psicológicas, conductuales y sociales.

La conferencia abordó también el proceso histórico de institucionalización de la salud, desde las visitas familiares en los primeros tiempos de la medicina hasta la especialización en niveles de atención actual. Palomino Garibay destacó la importancia de pensar en la salud como un campo problemático, completo y multidisciplinario, capaz de cuestionar las fronteras epistémicas y generar nuevos saberes desde lo no orgánico y lo no anatómico.

“La psicología de la salud no es una sola, sino muchas psicologías posibles que dialogan con otros saberes. Nuestro reto como académicos y profesionales es abrir el campo a nuevas formas de interpretación y práctica”, enfatizó.

Profundizó en la relación entre las instituciones del Estado y la construcción histórica del concepto de salud desde una perspectiva asistencial, Señaló cómo el Estado-Nación, al asumir funciones de bienestar, estructuró políticas públicas centradas en la recuperación de la fuerza laboral, institucionalizando el cuidado mediante profesionales que operaban bajo esquemas de asistencia.

Esta dimensión ha influido directamente en el rol del psicólogo, cuya práctica muchas veces se ha entendido desde el servicio social, lo que ha generado tensiones en torno a la profesionalización, la retribución económica y la legitimación del trabajo clínico en comparación con otras disciplinas como la medicina.

La doctora Laura Palomino abortó también los hitos internacionales que marcaron el rumbo del campo de la salud. En 1948, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso una visión procesual de la salud y la enfermedad que integró los factores psicológicos y sociales como componentes clave. Posteriormente, la Conferencia Alma-Ata sobre atención primaria significó una ruptura frente a las limitaciones de los modelos tradicionales. Esta convención impulsó políticas públicas en los países en desarrollo, poniendo énfasis en la prevención, la promoción y la educación para la salud como elementos centrales.

En este contexto emergieron nuevas visiones de la psicología de la salud, que comenzaron a consolidarse desde tres perspectivas distintas: psicología social de la salud, psicología de la salud y psicología clínica y de la salud.

Estas aristas han sido fundamentales para comprender el fenómeno salud-enfermedad como una construcción compleja, multidimensional y en constante evolución. La ponente destacó que, aunque la Asociación Americana de Psicología (APA) formalizó el campo a partir de 1970, los debates y desarrollos teóricos habían comenzado desde la década anterior.

La ponente explicó que, aunque el Instituto Mexicano del Seguro Social fue fundado en 1970, ya existía una tradición en psicología social en la nación, vinculada a modelos comunitarios y asistenciales. Frente al enfoque norteamericano orientado al mapeo poblacional para la prestación de servicios, en América Latina surgió un modelo que confluye con las luchas sociales, las políticas públicas y la transformación comunitaria, haciendo de los social y lo político una base fundacional.

Entre las autoras clave en este proceso destacó Noemí Pérez Valdez en Cuba, quien documentó el trabajo comunitario en las décadas de 1960 y 1970 en un contexto marcado por ideas de cambio social y justicia. También mencionó a García Aberasturi, quien en 1985 reconoció cómo la práctica médica convocaba saberes diversos para comprender enfermedades vinculadas a la historia social como el estrés y los padecimientos psicosomáticos.

La psicología social comunitaria fue nutrida por metodologías de investigación acción y la investigación participativa, influidas por autores como Fals Borda, quien planteaba que no basta con diagnosticar problemas, sino que es necesario construir soluciones con las poblaciones. Esta metodología exige al profesional de la salud tomar postura política, y fue desde estas trincheras que emergió una nueva disciplina: la psicología social de la salud.

Palomino Garibay señaló que esta nueva perspectiva no se limitó al ámbito de la salud. También se desarrollaron vertientes como la psicología social educativa y la psicología social organizacional, todas con el objetivo de abordar lo colectivo, generar intervención comunitaria y responder a las necesidades históricas de las poblaciones.

Con esta mirada integradora y crítica, la doctora Laura Palomina Garibay dejó una invitación abierta a repensar la práctica psicológica dentro del sistema de salud, reconociendo su especificidad, historia y desafíos actuales. La conferencia culminó con un llamado a reconocer el valor de las prácticas empíricas, comunitarias y participativas como legitimadora y transformadoras de saberes psicológicos en América Latina.