Formar psicólogos en tiempos de crisis: Entre la técnica y el compromiso humano

  • Un diagnóstico crítico sobre planes de estudio en psicología en México

Tijuana, B. C., a 13 de julio de 2025.- En el marco del Congreso Regional en Psicología 2025, se llevó a cabo la mesa de diálogo «Entre la formación profesional del psicólogo y la realidad nacional», un espacio de reflexión y análisis sobre los retos y avances en la formación de profesionales en psicología en México.

En dicha mesa participaron los estudiantes de Psicología de la Universidad de Tijuana: Erika Michelle Aguiar Soto, Felipe Alexis Torre Acida, Gloria del Pilar Martínez Ríos y Francisco Flores Barragán, así como María del Rosario Armenta Ruíz, coordinadora operativa de la Licenciatura en Psicología. La moderación estuvo a cargo de la doctora Lorena Pulido Ríos.

Durante la sesión, se presentó el trabajo desarrollado desde la Unidad Transdisciplinar de Investigación, dirigida por el doctor Jorge Mario Flores Osorio. Esta unidad impulsa un proyecto de investigación cuyo objetivo es analizar el estado actual de la formación de psicólogos en México, así como los planes de estudio que ofrecen las instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas.

El proyecto, en el que colaboran estudiantes del CUT como parte de su servicio social y prácticas profesionales, inició con la revisión del anuario estadístico de la ANUIES para identificar las universidades que ofertan la carrera de psicología. Posteriormente, se recopilaron y analizaron los planes de estudio, enfrentando desafíos como la negativa a compartir información o intentos de cobro por parte de algunas instituciones.

A partir de esta información, se realizó una clasificación por estado y región, categorizando las asignaturas en áreas como fundamentos teóricos, evaluación y diagnóstico, intervención, investigación, materias generales y otras disciplinas. Este análisis permitió construir un panorama detallado de la formación académica en psicología a nivel nacional.

Uno de los aportes más relevantes fue la elaboración de un estado del arte que abarca 605 investigaciones publicadas entre los años 2000 y 2025. El 91% de estos estudios provienen del campo de la psicología, y el 21% fueron realizados en México. El eje temático predominante fue el de evaluación y diagnóstico, presente en el 93% de los artículos, aunque el 80% carece de un sustento teórico sólido y el 96% son investigaciones no experimentales.

Se identificaron 728 herramientas utilizadas, siendo las más comunes encuestas, cuestionarios y escalas. Sin embargo, solo el 28% de estas fueron estandarizadas, lo que evidencia una tendencia preocupante hacia el uso técnico sin reflexión crítica. Además, se detectaron 1.225 categorías teóricas, de las cuales sólo el 22.6% contaban con un sustento conceptual.

El análisis permitió clasificar las investigaciones en tres ejes temáticos principales: Evaluación y diagnóstico, presente en el 93.1% de los estudios. Las investigaciones en este grupo se enfocaron en clasificar, medir y diagnosticar aspectos específicos de la formación del psicólogo. Los aspectos metodológicos representan el 5.1% de los estudios, este eje incluyó investigaciones centradas en la validación de instrumentos, revisiones documentales y metaanálisis. Y, por último, la intervención con apenas un 1.8%, este eje agrupó estudios que implementaron talleres, programas o técnicas específicas para evaluar sus efectos en la formación del psicólogo.

Durante la mesa se destacó la necesidad urgente de recuperar la teoría como herramienta viva para construir conocimiento significativo. Siguiendo el pensamiento de González Reyes, se cuestionó la tendencia a clasificar sin comprender, y se subrayó la importancia de una psicología crítica, ética y profundamente humana.

Se reflexionó sobre la evolución de la disciplina y su impacto en la formación profesional. Aunque la psicología ha avanzado técnicamente, aún enfrenta una deuda en la construcción de conocimiento teórico. Desde la Universidad se ha promovido la elaboración de estados del arte como punto de partida para la investigación estudiantil, lo que ha permitido evidenciar patrones de repetición temática y escasa innovación conceptual.

Como parte del análisis presentado en la mesa de diálogo, el equipo de investigación profundizó en el estudio de 61 planes de estudios activos en la región noroeste del país, contrastándolos con los 103 programas listados por la ANUIES. Este ejercicio reveló que sólo tres de cada cuatro instituciones comparten información actualizada sobre sus programas académicos, lo que representa un obstáculo importante para la transparencia y la evaluación comparativa.

En promedio, cada plan contempla 47 asignaturas, distribuidas en categorías: materias generales, representa el 12% e incluyen contenidos introductorios o de tronco común; otro 11% corresponde a las materias de investigación, que comprende talleres de tesis, seminarios y metodología de la investigación; otras disciplinas agrupan asignaturas complementarias como psiquiatría, derecho o administración, representan un 5%. Otra categoría corresponde a los fundamentos teóricos en psicología con asignaturas relacionadas a la historia, teoría de la personalidad, enfoques psicológicos, entre otros, lo que representa un 26%; mientras un 6% de estas asignaturas están directamente orientadas a la formación científica de la psicología.

Este último dato revela una preocupante escasez de contenido que fortalezca la dimensión científica de la disciplina. Por ejemplo, solo la mitad de los programas incluyen al menos una materia sobre conductismo; apenas siete abordan el enfoque humanista; once el psicoanálisis; y únicamente dos programas incorporan una visión latinoamericana de la psicología.

En contraste, el 45% de las asignaturas están orientadas a la evaluación, diagnóstico e intervención, lo que evidencia una clara tendencia hacia la formación técnica, en detrimento del pensamiento crítico y la solidez teórica.

Durante la mesa, se discutió que esta configuración curricular responde a una lógica funcionalista, donde el psicólogo es formado como un técnico del protocolo: entrenado para aplicar pruebas, seguir procedimientos y responder con eficiencia, pero sin herramientas para comprender el sufrimiento humano desde una perspectiva crítica y comprometida.

Esta situación no es nueva. En décadas pasadas, la formación estuvo dominada por el conductismo, con una fuerte carga teórica. Sin embargo, desde el año 2000 se empieza a promover la idea de ofrecer múltiples enfoques sin imponer una postura teórica, lo que ha derivado en planes de estudio fragmentados y sin una base epistemológica sólida.

Esta ausencia de fundamentos teóricos no es una omisión menor, sino una señal grave del deterioro de la formación en psicología. La mayoría de los planes de estudio, tanto en instituciones públicas como privadas, están desprovistos de asignaturas que aborden los pilares científicos de la disciplina. La enseñanza se ha centrado casi exclusivamente en la psicología clínica, dejando de lado dimensiones críticas, comunitarias o filosóficas.

En palabras de los participantes, esta situación refleja una psicología colonizada, que reproduce modelos egocéntricos y descontextualizados. Como lo han advertido teóricos críticos como Ignacio Martín-Baró, David Pavón y el propio Jorge Mario Flores Osorio, la psicología corre el riesgo de convertirse en una herramienta de control más que en una ciencia del cuidado. La formación actual privilegia la acción rápida y la eficiencia, pero silencia las raíces epistemológicas que dan sentido a la disciplina.

Con información de Fryda Dávalos Flores, estudiante de noveno cuatrimestre de la Licenciatura en Psicología en la Universidad de Tijuana CUT.