
Entre la terapia y el estigma: Escuchar la diferencia, transformar la práctica
- Especialistas propone una psicología crítica, ética y contextualizada
Tijuana, B. C., a 11 de julio de 2025.- Como cierre del segundo día de actividades del Congreso Regional en Psicología 2025, celebró la mesa de diálogo «Entre la psicoterapia, la terapia y la estigmatización de las personas diferentes», con la participación de los especialistas Jorge Mario Flores Osorio, Laura Palomino Garibay y Lorena Pulido Rios.
Durante la sesión, se abordaron temas fundamentales sobre la evolución de la psicoterapia, la necesidad de una atención integral y la urgencia de combatir la estigmatización de las personas que viven experiencias psicológicas distintas. Se destacó que muchas veces, el sufrimiento psíquico no requiere únicamente medicación, sino una escucha activa, constante y empática.
Uno de los ejes centrales fue la importancia del diagnóstico precoz, no como herramienta para etiquetar sino como medio de intervenir antes de que la patología se manifieste. En este sentido, los ponentes coincidieron en que la inversión pública debería centrarse en la prevención, y no en la atención tardía de casos ya desarrollados.
Se subrayó que la salud mental es también un asunto político y económico, y que aspectos como las adicciones no pueden comprenderse sin analizar el marco económico que las sostiene.
Se expuso, por ejemplo, cómo en Estados Unidos se ha permitido durante décadas la circulación de dinero proveniente del narcotráfico, lo que revela una dimensión estructural del problema. Asimismo, se cuestionó el papel de algunas organizaciones civiles que, al recibir fondos por atender a poblaciones vulnerables como migrantes, terminan insertas en una lógica de economía política que condiciona su acción.
Los expositores recordaron que la Carta de Ottawa de la Organización Mundial de la Salud establece que la salud es un derecho humano y un asunto político, que requiere voluntad y acción estatal. En este marco, se criticó que el mercado y ciertos sectores médicos estén dictando cómo debe actuar el psicólogo, relegando su papel a un mero ejecutor de técnicas, sin espacio para la reflexión crítica ni la intervención contextualizada.
Se hizo un llamado a recuperar una formación sólida, ética y científica, que no se limite a vender servicios o aplicar técnicas sin comprensión teórica. Se denunció la proliferación de prácticas sin sustento, que promueven terapias “milagrosas” sin diagnóstico ni escucha genuina, lo que debilita la práctica profesional y genera confusión entre los usuarios.
En la práctica clínica, se observa cómo muchas personas han pasado por múltiples terapeutas sin encontrar alivio, debido a la aplicación mecánica de técnicas sin considerar el contexto social, político y emocional del paciente. Por ello, se propuso una psicología comunitaria, crítica y comprometida, que combine el diagnóstico con la escucha, la técnica con la comprensión del entorno.
También se abordó la formación del psicoanalista, destacando su carácter riguroso y ético, basado en un trípode esencial: análisis personal, estudio teórico y supervisión clínica. Esta formación garantiza una práctica responsable, con capacidad de escucha profunda y comprensión del sufrimiento humano.
Se reflexionó sobre cómo la psicología puede contribuir a desmontar los discursos que estigmatizan la diferencia, y cómo debe dejar de intentar ajustar a las personas a moldes sociales dominantes. La diferencia no debe ser vista como desviación, sino como una expresión legítima de la diversidad humana.
La mesa concluyó con un llamado a redefinir el papel del psicólogo en la sociedad, no como técnico subordinado, sino como agente de transformación, capaz de acompañar procesos de sentido, promover salud y construir comunidad.