Educación dual como vía para la inclusión laboral de jóvenes con discapacidad
- Eliseo Guajardo imparte conferencia en el Congreso de Educación y Pedagogía
Tijuana, B. C., a 08 de octubre de 2025.- La inclusión laboral de jóvenes con discapacidad requiere más que buenas intenciones: exige ajustes razonables, políticas efectivas y un cambio profundo en la forma de entender la discapacidad.
Así lo afirmó el doctor Eliseo Guajardo Ramos, director ejecutivo del Mecanismo Independiente de Monitoreo Nacional de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la CNDH, durante su conferencia sobre los desafíos de la educación dual en México, donde expuso que la discapacidad no es una condición orgánica, sino una consecuencia de la exclusión social.
Con el tema «Desafíos para la investigación de la educación dual para jóvenes con discapacidad», forma parte del programa académico del Congreso Regional de Educación y Pedagogía organizado por la Dirección Académica de la Licenciatura en Ciencias de la Educación y las carrera de Educación Preescolar y Educación Primaria de la Escuela Normal de la Universidad de Tijuana CUT, donde el especialista compartió su experiencia y visión sobre cómo la educación dual puede convertirse en una herramienta clave para cerrar la brecha entre inclusión educativa e inclusión laboral.
“La inclusión no surge espontáneamente; es consecuencia de haber separado, marginado y segregado a personas con discapacidad en entornos educativos distintos”, señaló el académico.
La educación dual, modelo que combina formación académica con experiencia laboral directa, ha sido adoptada en México principalmente por el sistema CONALEP. Aunque con poca tradición en el país, este enfoque, originado en Alemania a finales del siglo XIX, ha demostrado ser eficaz para integrar a jóvenes en situación vulnerable al mercado laboral, explicó el también investigador Guajardo al subrayar que este modelo puede ser especialmente útil para jóvenes con discapacidad, siempre que se adapte a sus necesidades específicas.
Uno de los puntos más relevantes fue la distancia entre la legislación y la realidad. Aunque México cuenta con normativas que promueven la inclusión laboral, estas no se traducen en resultados concretos. A diferencia de países como Brasil, Argentina y Chile, donde existen cuotas obligatorias de contratación, México ofrece únicamente estímulos fiscales opcionales, lo que ha resultado insuficiente para fomentar una verdadera inclusión.
“En el sector público y privado, se cumple menos que en el privado. Lo primero que debe suceder es que el sector público contrate a jóvenes con discapacidad para poder exigir lo mismo al privado”, explicó Guajardo.
Además, enfatizó la importancia de realizar ajustes razonables en los espacios de trabajo para que las personas con discapacidad puedan desempeñarse en igualdad de condiciones. Estos ajustes, que pueden incluir tecnologías de asistencia, modificaciones físicas o adaptaciones en la comunicación, deben ser proporcionales y factibles.
“No es algo que graciosamente se quiera hacer; tienen derecho al ajuste razonable. Y si alguien puede hacerlo y no lo hace, eso ya es discriminación”, afirmó.
Guajardo Ramos presentó un enfoque social de la discapacidad, en el que esta no se define por la deficiencia orgánica, sino por la exclusión social. “La discapacidad no es la causa, sino la consecuencia de la discriminación. Si se diseñan entornos accesibles y se hacen ajustes personalizados, la persona puede participar plenamente”, explicó.
Citó al investigador ruso Lev Vygotsky, quien en su obra sobre Defectología señalaba que las deficiencias no homogeneizan a las personas. “Entre dos personas ciegas puede haber más diferencias que entre una persona ciega y una que no lo es. Las escuelas especiales que agrupaban por deficiencia eran discapacitantes, porque no reflejaban la realidad social”, explicó.
También destacó el concepto de sobrecompensación, en el que las personas con discapacidad desarrollan estrategias cognitivas y sociales más complejas para superar barreras. “Cuando un niño ciego convive solo con otros niños ciegos, no se activa ese proceso. Pero cuando está en un entorno diverso, busca comprender lo que otros perciben, y eso genera un aprendizaje profundo”, dijo.
Finalmente, el doctor Guajardo subrayó que el aprendizaje no depende exclusivamente del docente, sino de la interacción entre estudiantes. “Los niños aprenden de otros niños. La inclusión educativa no solo beneficia al niño con discapacidad, sino también a sus compañeros, que aprenden a valorar la diversidad y a desarrollar empatía”.
Desde el punto de vista psicológico, el trabajo no solo representa productividad o ingreso, sino también culmina el desarrollo de la personalidad. “El trabajo cierra el circuito del desarrollo. Si no tienes trabajo, estás incompleto en tu desarrollo personal”, afirmó. Y concluyó con una frase poderosa: “Nosotros queremos pagar impuestos, no vivir de ellos”, en referencia al deseo de las personas con discapacidad de ser productivas y autónomas.
La participación del doctor Eliseo Guajardo Ramos fue reconocida por su profundidad teórica, claridad conceptual y compromiso con los derechos humanos. Al finalizar su intervención, recibió un reconocimiento por parte de la Universidad de Tijuana, entregado por la maestra María del Rosario Armenta Ruiz, coordinadora operativa de las Licenciaturas en Ciencias de la Educación y Psicología, en agradecimiento por su destacada contribución al Congreso y por su incansable labor en favor de la inclusión.
Con información de Alexa Sherlyn Quintero Fuentes, estudiante de séptimo cuatrimestre de la Licenciatura en Comunicación y Publicidad en la Universidad de Tijuana CUT.