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Ansiedad y depresión: Factores críticos en la prevención del suicidio

  • La doctora Ruth Castillo destaca la importancia de la detección temprana y el abordaje integral en la Jornada de Prevención del Suicidio del CUT

Tijuana, B. C., a 03 de diciembre de 2025.- En la recta final de la Jornada de Prevención del Suicidio, la Universidad de Tijuana CUT llevó a cabo la conferencia titulada “Depresión y ansiedad como factor de riesgo para el suicidio”, impartida por la doctora Ruth Castillo Chávez, médico psiquiatra del Hospital ‘Carlos Nava Muñoz’.

La conferencia estuvo dirigida a docentes de diversas áreas disciplinares, personal administrativo y padres de familia, con el objetivo de sensibilizar sobre la importancia de identificar y atender oportunamente estos trastornos que representan un serio problema de salud pública.

Durante su intervención, la doctora Ruth Castillo agradeció a la Universidad por la invitación y reconoció el esfuerzo del personal para organizar estas jornadas, destacando la labor de la licenciada Lorena Pulido por su apoyo y confianza.

“El tema que abordamos hoy no es agradable, pero es fundamental para la comunidad. El suicidio es prevenible y debemos asumirlo como una responsabilidad compartida”, enfatizó.

La especialista explicó que la ansiedad y la depresión son condiciones que, cuando se vuelven patológicas, requieren atención médica especializada. Diferenció entre la ansiedad normal, que actúa como mecanismo de adaptación ante el peligro, y la ansiedad patológica, que se convierte en una enfermedad con impacto en la química cerebral y el sistema nervioso.

Asimismo, abordó los factores de riesgo asociados al suicidio y la importancia de brindar apoyo a los sobrevivientes, un tema que calificó como “desgarrador”.

Con ejemplos claros y lenguaje accesible, la doctora Castillo Chávez subrayó que la prevención es posible mediante la detección temprana, la atención profesional y la participación activa de la comunidad educativa y familiar.

“Todos vamos a morir algún día, pero por suicidio lo podemos evitar”, sostuvo.

La doctora Ruth Castillo profundizó en la diferencia entre la ansiedad normal y la ansiedad patológica, destacando que esta última es desproporcionada al desencadenante, interfiere con la vida cotidiana y puede generar síntomas físicos significativos.

“Cuando la ansiedad impide realizar actividades académicas, laborales o sociales, estamos ante una condición que amerita atención médica especializada”, explicó.

Subrayó que el trastorno de ansiedad generalizada no debe minimizarse con expresiones como “échale ganas” o “son tus nervios”, ya que se trata de una enfermedad que requiere tratamiento profesional.

“En urgencias, muchas veces se resta importancia a estos casos, pero para quien lo padece es devastador. No podemos decirle a un paciente con ansiedad que simplemente se esfuerce, del mismo modo que no se lo diríamos a alguien con un infarto”, puntualizó.

La especialista señaló que la ansiedad excesiva puede durar meses y, en la mayoría de los casos, se presenta junto con depresión, lo que incrementa el riesgo de suicidio. “Si ya es difícil vivir con ansiedad, sumarle depresión convierte la situación en un factor de riesgo importante”, advirtió.

También mencionó que estos trastornos pueden originarse desde la niñez o adolescencia, especialmente si hubo eventos traumáticos como la pandemia, que afectó el desarrollo emocional de muchos jóvenes.

Entre los síntomas más comunes del trastorno de ansiedad generalizada, la doctora Castillo enumeró la irritabilidad, miedo desproporcionado, preocupación constante, deseo de escapar, palpitaciones y sensaciones físicas como falta de saliva o despersonalización.

“La ansiedad y la depresión caminan juntas y, si no se atienden, pueden llevar a consecuencias fatales. Por eso insistimos en que el suicidio es prevenible”, enfatizó.

La doctora Ruth Castillo también abordó otros síntomas frecuentes del trastorno de ansiedad generalizada, como la dificultad para concentrarse, que suele confundirse con déficit de atención.

“Muchos pacientes llegan pensando que tienen TDA, pero al indagar encontramos que la ansiedad es la causa principal. Si el rendimiento académico ha sido adecuado y nunca hubo problemas previos, es necesario evaluar antes de etiquetar otro diagnóstico”, expuso.

Otros signos incluyen la incapacidad para permanecer quieto, movimientos repetitivos como agitar las piernas o las manos, jalar el cabello, e incluso episodios de bloqueo psicomotor, donde la persona se paraliza y no puede actuar.

A esto se suman síntomas físicos que suelen alarmar a los pacientes: Cardiovasculares: opresión en el pecho, taquicardia, palpitaciones. Respiratorios: sensación de falta de aire, hiperventilación. Digestivos: dolor abdominal, náuseas, diarrea o estreñimiento. Genitourinarios: micción frecuente, dolor vesical. Neuromusculares: tensión extrema en hombros y extremidades, llegando a sentirse “hechos nudos”.

La especialista enfatizó que, aunque estos síntomas pueden simular enfermedades graves, tras descartar causas orgánicas mediante estudios clínicos, se confirma el diagnóstico de ansiedad.

“Es fundamental no minimizar el sufrimiento del paciente y ofrecer un abordaje integral que incluya psiquiatría y psicología”, recalcó.

Al finalizar la conferencia, la doctora Lorena Pulido Ríos, directora de las Licenciaturas en Ciencias de la Educación y Psicología del CUT, entregó un reconocimiento a la doctora Ruth Castillo Chávez, agradeciendo su valiosa participación en la Jornada de Prevención del Suicidio.