Planos Valientes: Cuando el arte se convierte en voz para sanar el trauma
- John Solís clausura Coyuntura Workshop 2025 con un diálogo sobre resiliencia y creatividad
Tijuana, B. C., a 22 de noviembre de 2025.- “Hablar de un trauma no es fácil, pero es necesario”, afirmó John Solís al iniciar la conferencia de clausura de Coyuntura Workshop 2025 en la Universidad de Tijuana CUT. Con esta frase, el cineasta mexicanoamericano marcó el tono de una sesión que rompió esquelas: más que una exposición tradicional, fue un diálogo honesto sobre cómo convertir el dolor en arte.
Ante estudiantes y docentes de los Campus Altamira y Oriente, Solís compartió la experiencia detrás de Speking Out, un documental que desnuda las heridas invisibles del abuso sexual y la violencia, y que busca abrir espacios para la empatía, la sanación y la conversación incómoda que tanto urge en nuestra sociedad.
Con la conferencia «Planos Valientes: Transformar el trauma en arte», la Universidad de Tijuana CUT concluyó con éxito Coyuntura Workshop 2025, un espacio de formación y diálogo creativo que reunió a la comunidad estudiantil de la Licenciatura en Comunicación y Publicidad.
El productor, director y actor de cine John Solís ofreció una experiencia distinta a la tradicional exposición académica. Previo a su intervención, se proyectaron unos minutos del documental Speaking Out, una obra que aborda el abuso sexual, la violación y el suicidio a través de testimonios que revelan las secuelas del trauma y los procesos de sanación, especialmente dentro de la comunidad LGBTQ+. La producción, reconocida por su calidad visual y narrativa, abrió un espacio para reflexionar sobre el silencio que rodea estas realidades.
A diferencia de una conferencia convencional, Solís optó por romper el esquema y establecer un diálogo directo con los asistentes en el Salón de Usos Múltiples del Campus Altamira. “Creo que lo importante es tener conversaciones incómodas y educarse para saber cómo platicar con la persona de al lado”, señaló el cineasta, subrayando la necesidad de generar entornos seguros para hablar del trauma y buscar ayuda profesional.
Durante la sesión, estudiantes como Grecias Valderrábano y Sarai, de la carrera de Comunicación y Publicidad, plantearon preguntas sobre la forma de concientizar a los hombres para que levanten la voz frente al abuso y cómo el documental puede influir en cambiar la mentalidad marcada por estigmas culturales. Solís respondió que la clave está en “volverse vulnerables, quitarse el estigma de macho y aceptar que se necesita ayuda”, destacando que el trauma no distingue género ni orientación sexual.
El productor compartió que su intención al realizar Speaking Out fue comprender y visibilizar experiencias que, como la suya, suelen permanecer ocultas. “Cuando me dieron la oportunidad de producir este documental, peleé mucho porque no quería hacerlo. Pero entendí que no estaba solo y que podía aportar algo creativo para que otros se reflejan en estas historias”, afirmó.
La metamorfosis de Speaking Out: del encargo a la creación personal
Solís reveló que el proyecto no fue una elección personal, sino una oportunidad que lo “seleccionó a él”. Originalmente, trabajaba en dos cortometrajes para la AIDS Healthcare Foundation (AHF), una organización internacional dedicada a la prevención del VIH y la lucha contra el SIDA. “Hice los documentales, los mandé, les gustaron, iba a haber alfombra roja, pero todo se vino abajo por la pandemia”, relató.
Durante el confinamiento, la fundación lo convocó para desarrollar un documental que, en principio, sería un recorrido histórico sobre la comunidad LGBTQ desde los años ochenta hasta la actualidad. Sin embargo, el concepto cambió varias veces hasta convertirse en una serie de testimonios sobre el trauma. “Me dijeron: queremos cinco hombres, preferiblemente gays, afroamericanos y asiáticos, que hablen de trauma. Yo no quería aceptarlo, no quería lidiar con mi trauma, pero era chamba”, confesó.
El cineasta destacó que el proyecto le otorgó libertad creativa, lo que le permitió diseñar un set simbólico con lámparas de distintos colores y formas, representando la diversidad y la luz en medio de la oscuridad. “Cada lámpara tiene una historia, como cada persona. Las conseguí chachareando, porque quería que todo tuviera significado”, explicó.
La producción enfrentó retos para encontrar participantes dispuestos a hablar, especialmente en comunidades afroamericanas y asiáticas, marcadas por el miedo y el silencio. Finalmente, el equipo logró reunir tres historias que dieron vida al documental, un proceso que tomó más de cuatro años. “Fue difícil para ellos sentarse y hablar, pero la preproducción fue clave para crear un espacio seguro”, señaló Solís, quien recordó momentos emotivos como el abrazo entre dos participantes que rompieron en llanto al cruzarse en el set.
El impacto no se limitó a los entrevistados. “En una de las historias volteé y todo mi crew estaba llorando. Ahí entendí que el problema no es exclusivo de una comunidad, puede suceder en cualquier lugar”, reflexionó. Para Solís, el aprendizaje más profundo fue la empatía. “Somos muy rápidos para juzgar, pero no sabemos lo que cada persona está viviendo”.
Del set a los festivales: Speaking Out busca su casa
Solís compartió el recorrido internacional del documental. “Lo estoy festivaleando por todos lados. Tuve el orgullo de presentarlo como premier en el Teatro Chino en Los Ángeles. Ya recorrí Estados Unidos, se presentó en Perú, Brasil, y estamos en pláticas para Londres. En Latinoamérica se exhibió en Ciudad de México, donde ganó Mejor Documental, y también en la Universidad Iberoamericana. Ha sido bien recibido, aunque al final siempre hay un silencio muy raro, pero entiendo ese silencio”, comentó.
Actualmente, Speaking Out no cuenta con plataforma de distribución, aunque ha despertado interés en HBO y Netflix. “Estoy buscando una casa para que llegue a más personas. Como documental sirve para dos cosas: educar y aportar creativamente a quienes estudian cine y comunicación”, explicó. Además, adelantó que el proyecto será presentado en el Senado y dejó abierta la posibilidad de exhibiciones privadas para la comunidad universitaria.
Sobre el impacto cultural, Solís respondió a una pregunta sobre el machismo. “El machismo afecta a todos. Nos marca desde la infancia con expectativas que impiden ser vulnerables. En la comunidad LGBTQ se suma el peso del bullying y la discriminación. La vulnerabilidad no te hace menos masculino”, afirmó.
El cineasta reflexionó sobre su infancia y su relación con la religión. “Crecí en una familia católica, pero hoy no sigo una religión. Respeto todas, pero creo en mis propias convicciones. Lo importante es no imponer y mantener la mente abierta”, señaló, destacando que su diversidad cultural y sus raíces mexicanas han sido clave para abordar el documental con empatía.
El evento cerró con palabras del maestro Osvaldo Muñoz Pérez, coordinador académico de Comunicación y Publicidad, quien entregó un reconocimiento a Solís en agradecimiento por compartir su experiencia y abrir un espacio para reflexionar sobre temas que, aunque incómodos, son urgentes y necesario abordar.
Cabe mencionar que John Solís es cineasta mexicano-estadounidense, descubrió su pasión por el cine gracias a un regalo inesperado: un reproductor Beta y dos películas de terror. Tras años marcados por un trauma silencioso, se formó en Los Ángeles Film School y encontró en la dirección su verdadera vocación. Crear historias que humanizan. Su debut como director llegó con Speaking Out, un documental que transforma el dolor en arte y abre espacios para la empatía y la sanación. Hoy, Solís lidera Canica Pictures, comprometido con producir contenido que inspire y genere conciencia.
