Nutrición bariátrica como eje de formación profesional: retos, deficiencias y seguimiento interdisciplinario
- Abordan herramientas claves para el manejo integral del paciente bariátrico
Tijuana, B. C., a 04 de noviembre de 2025.- En el marco del espacio de Vida Universitaria, alumnos de la Licenciatura en Nutrición de la Universidad de Tijuana CUT, participaron en una conferencia «Suplementación en cirugía bariátrica e importancia de la alimentación y deficiencias recurrentes», impartida por la doctora Guadalupe Jakelin Miranda Montaño, reconocida por su trayectoria en nutrición metabólica, psicológica y bariátrica.
Durante su exposición, la especialista abordó los desafíos contemporáneos en el tratamiento nutricional de pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos para la pérdida de peso, haciendo énfasis en el uso creciente de medicamentos agonistas GLP-1 como apoyo terapéutico. “No todo es color de rosa”, advirtió, al subrayar que, sin un abordaje multidisciplinario, estos tratamientos pueden derivar en complicaciones severas.
La doctora Miranda destacó la relevancia de que los futuros profesionales de la salud comprendan los fundamentos fisiológicos y anatómicos, incluso si no ejercen directamente en el ámbito clínico. “La nutrición bariátrica exige una visión integral, más allá del objetivo de reducir peso”, explicó, en referencia a las nuevas guías internacionales publicadas en febrero de 2025, que reconocen la obesidad como una condición multifactorial.
Uno de los ejes centrales de la conferencia fue la educación del paciente como herramienta para fortalecer su recuperación y adaptación tras la cirugía. Las deficiencias nutricionales, señaló, pueden originarse tanto por la intervención quirúrgica como por hábitos alimenticios inadecuados, abandono del tratamiento o falta de apego a la suplementación. Entre los nutrientes más afectados mencionó el hierro, la vitamina D y la B12, cuya carencia puede generar complicaciones incluso años después del procedimiento.
Miranda Montaño también presentó su propuesta ante el Colegio Mexicano de Cirugía en Obesidad para que el consumo de tabaco y alcohol se considere una contraindicación absoluta en candidatos a cirugía bariátrica, debido al impacto negativo que tienen en el éxito del tratamiento. En este contexto, abordó el fenómeno de transferencia de adicciones, donde pacientes con antecedentes de consumo excesivo de azúcar o alimentos ultra procesados pueden desarrollar dependencia al alcohol tras la operación, incluso con cantidades mínimas.
Citando el consenso de la Sociedad Argentina de Cirugía en Obesidad, la especialista explicó que muchas deficiencias nutricionales ya están presentes antes de la cirugía. Un ejemplo es la obesidad sarcopenia, caracterizada por exceso de grasa corporal y escasa masa muscular, lo que complica el diagnóstico. “Ya no basta con calcular el índice de masa corporal”, afirmó, recomendando el uso de herramientas como la bioimpedancia y estudios como el DEXA para una evaluación más precisa.
Las nuevas clasificaciones médicas, como las propuestas por JAMA, distinguen entre obesidad preclínica, sin alteraciones metabólicas, y obesidad clínica, con comorbilidades como diabetes o hipertensión. La doctora Miranda insistió en la necesidad de realizar valoraciones bioquímicas y nutricionales completas, más allá de los estudios preoperatorios convencionales.
Otro punto relevante fue el impacto de los productos ultra procesados y edulcorantes en la microbiota intestinal. “Hace dos años se consideraban seguros, pero hoy sabemos que pueden alterar el equilibrio bacteriano y provocar disbiosis”, explicó. Esta alteración puede interferir con la absorción de nutrientes y agravar las deficiencias.
La especialista alertó sobre la tendencia de consumir suplementos sin supervisión profesional. “Cada vitamina tiene un sitio específico de absorción, efectos secundarios y dosis que deben ajustarse individualmente”, advirtió. El uso indiscriminado de productos promovidos en redes sociales puede provocar “hipertoxicidad”, una condición que está siendo documentada en investigaciones recientes.
Enfatizó que la suplementación debe ser personalizada y responsable. “Es riesgoso recomendar suplementos sin regulación, especialmente cuando no están aprobados por la FDA ni por autoridades locales como Cofepris”, señaló. A través de casos clínicos, explicó cómo incluso una vitamina aparentemente inocua, como la C, puede agravar patologías como la úlcera péptica si no se considera el contexto del paciente.
El seguimiento constante es clave en pacientes bariátricos. Aunque mantengan una dieta adecuada y tomen suplementos, pueden presentar deficiencias por mala absorción o errores en la ingesta. Ejemplos comunes incluyen el consumo de hierro junto con café o la combinación de citrato de calcio con hierro, que reduce significativamente la absorción. También mencionó la interferencia de medicamentos como la levotiroxina si se toman junto con suplementos sin respetar los tiempos adecuados.
Las deficiencias más frecuentes en procedimientos como la manga y el baipás gástricos incluyen hierro, vitamina D y B12, siendo más pronunciadas en el segundo. “Las guías más recientes recomiendan no suspender los suplementos en ningún momento; deben tomarse de por vida”, afirmó.
Subrayó la vulnerabilidad de ciertos grupos, como las mujeres en edad fértil que han sido sometidas a cirugía bariátrica y desean embarazarse. En estos casos, el seguimiento debe ser interdisciplinario, involucrando a ginecólogos, endocrinólogos y neonatólogos para evitar riesgos neonatales.
Hizo un llamado a la responsabilidad profesional y al trabajo colaborativo. “Muchos pacientes abandonan el seguimiento después de la llamada ‘luna de miel’ de los primeros dos años, lo que incrementa el riesgo de recuperar el peso perdido y sufrir complicaciones nutricionales”, explicó.
La clave, según la especialista, está en el acompañamiento integral a largo plazo. “Nosotros como equipo llevamos 16 años trabajando juntos, y yo tengo pacientes que sigo viendo desde hace más de una década. Son personas que han transformado su estilo de vida y hoy incluso ejercen como psicólogos bariátricos”, compartió.
La doctora Guadalupe Miranda Montaño recomendó literatura especializada para profundizar en el manejo nutricional de pacientes bariátricos. Entre los textos sugeridos destacó el Nuevo Manual de Cirugía Bariátrica elaborado por autores mexicanos, así como las guías de la Sociedad Norteamericana de Cirugía Bariátrica, que ofrecen cálculos precisos de requerimientos nutricionales y protocolos de suplementación. “No todo es nutricional, es mitad y mitad: alimentación y suplementación. Y el seguimiento debe ser de por vida”, concluyó.
La especialista subrayó que la suplementación no puede ser estandarizada. “¡Ojo! No es lo mismo una manga gástrica que un baipás. Cada procedimiento requiere dosis específicas de vitaminas y minerales”, explicó, haciendo referencia a los sitios de absorción modificados por cada tipo de cirugía.
En este contexto, presentó una guía considerada por los profesionales del área como “la Biblia”, en la que se detallan dosis recomendadas para pacientes con y sin deficiencias, basadas en consensos internacionales y no en intereses comerciales. “No se trata de decirle al paciente ‘tómate este hierro’ o ‘tómate este calcio’ sin saber la dosis exacta. Hay que ajustar según el procedimiento y el perfil bioquímico del paciente”, puntualizó.
Además, reiteró la importancia de preparar al paciente desde el preoperatorio para prevenir deficiencias posteriores. El seguimiento debe ser continuo, con evaluaciones cada tres meses durante el primer año y posteriormente de forma anual. “Las deficiencias más comunes se detectan entre el segundo y cuarto año, por eso no basta con suplementar solo el primer año. Es de por vida”, insistió.
Al finalizar la conferencia, la Coordinadora Académica de la Licenciatura en Nutrición del CUT, maestra Delia Lizeth Villanazul Gastélum, entregó un reconocimiento a la doctora Guadalupe Jakelin Miranda Montaño por su valiosa participación en el espacio de Vida Universitaria, agradeciendo su contribución a la formación integral de los futuros profesionales de la salud.