La educación desde el corazón una mirada cognitiva
- Una reflexión de la educación desde la presencialidad, la oralidad y la cognición
Tijuana, B. C., a 10 octubre de 2025.- Con una conferencia reflexiva y emotiva con el tema «Ciencias cognitivas y educación», el doctor Juan Carlos González abrió el tercer día de actividades del Congreso Regional de Psicología en la Universidad de Tijuana CUT.
Su intervención, dirigida especialmente a jóvenes educadores y pedagogos en formación, ofreció una visión integral del acto educativo, destacando la importancia de la presencialidad, la multimodalidad sensorial, el contexto compartido y el lenguaje corporal como elementos esenciales para una enseñanza significativa.
Durante su participación, hizo un llamado a considerar el papel del corazón en la educación, evocando a Pascal y su célebre idea de que “el corazón tiene razones que la razón desconoce”. Esta perspectiva, que vincula la intuición y la afectividad con el conocimiento, fue el eje de una serie de observaciones que el expositor compartió a modo de decálogo, en el que también abordó los desafíos contemporáneos como el impacto de la inteligencia artificial en los procesos educativos.
El doctor González subrayó que, en el acto educativo, el lenguaje corporal es una herramienta esencial para comprender el nivel de interés de los estudiantes. “Tú puedes saber si está interesado o interesada tu interlocutor simplemente viéndolo”, afirmó.
Detalló cómo la postura, la orientación de los pies, la inclinación de la columna y los gestos comunican mucho más de lo que se dice verbalmente. Esta lectura del cuerpo explicó, es ampliamente estudiada por psicólogos industriales y del marketing, pero también es parte del día a día de cualquier docente en el aula.
Otro concepto clave abordado fue el de affordances, término acuñado por el psicólogo ecológico James Gibson, que se refiere a las oportunidades de acción que ofrece el entorno. González lo aplicó al ámbito social, señalando que la interacción presencial permite reconocer al otro como una posibilidad de intercambio, aprendizaje y vínculo humano.
“Ver al otro como una oportunidad de interacción”, dijo el también investigador Nivel II del Sistema Nacional de Investigadores, la precisar que esto “es algo que la virtualidad no puede replicar con la misma riqueza”.
También hizo una crítica a la cultura visual dominante, que ha desplazado la modalidad auditiva en los procesos educativos. Celebró que en el Congreso se privilegiara la oralidad sobre las presentaciones visuales, destacando que la atención dirigida al orador, y no a una pantalla, permite una convergencia sensorial más efectiva.
“La pasión en lo que uno cree y expresa se transmite también de manera oral”, afirmó, reivindicando el valor de la oratoria y la retórica como herramientas formativas que hoy están en desuso.
González advirtió que la pasión, como coadyuvante cognitivo, puede ser usada tanto para el bien como para el mal, y que está en manos del educador canalizarla con responsabilidad. “La atención que nos da un interlocutor es un gran regalo”, afirmó, “y debemos estar a la altura de ese regalo cuando nos ponen atención”.
El doctor Juan Carlos González evocó la figura del cuentacuentos como símbolo del poder transformador de la palabra. “Mi padre era un gran cuentacuentos”, compartió, “y nos podía mantener hipnotizados con sus relatos”.
Esta evocación dio paso a una reflexión sobre el valor de la oralidad en la enseñanza, ilustrada con referencias culturales como la película La sociedad de los poetas muertos, donde el maestro logra inspirar a sus estudiantes para que encuentren un sentido profundo a su vida. “Vivir no solo es existir, sino algo más”, citó, recordando a Willy Colón.
González también destacó cómo en contextos indígenas la palabra se considera sagrada. Mencionó el uso ceremonial de la chanupa, la pipa de la paz, entre pueblos del norte, donde el humo de las palabras pronunciadas se eleva como ofrenda al cielo. “Ese logos —dijo— es un tesoro que debemos cuidar y cultivar en el proceso de enseñanza-aprendizaje”.
Otro punto central de su exposición fue la distinción entre información y conocimiento, una confusión que, según él, se observa con frecuencia en el ámbito universitario. “No somos computadoras”, afirmó, aludiendo a la metáfora del cerebro como hardware y la mente como software, propia del paradigma cognitivista de los años 50.
Frente a esta visión reduccionista, propuso el enfoque de la cognición corporizada, que considera al cuerpo, su historia evolutiva y su interacción con el entorno como elementos fundamentales del conocimiento humano.
Para ilustrar la ambigüedad del estímulo y la importancia de la interpretación, presentó imágenes como la famosa figura del pato-conejo y el vaso medio lleno o medio vacío. “El estímulo por sí mismo no es elocuente”, explicó, “no tiene una única lectura; lo que vemos depende de nuestra experiencia, contexto y disposición perceptiva”. Esta idea refuerza su argumento de que el conocimiento no es una simple extracción de datos, sino una construcción activa y situada.
Con esta intervención, el doctor González no solo compartió saberes académicos, sino también una visión profundamente humana y espiritual de la educación, en la que la palabra, la pasión y la presencia se convierten en pilares del aprendizaje significativo.
La conferencia del doctor Juan Carlos González se dio ante más de un centenar de especialistas, estudiantes y docentes reunidos en el Salón de Usos Múltiples del Campus Altamira del CUT, ante quienes el expositor planteó los retos y posibilidades de la psicología y la educación en el siglo XXI. Al término de su intervención, recibió un reconocimiento de manos de Rosario Armenta, en agradecimiento por su valiosa participación.